martes, 12 de octubre de 2010

Odisea comprando un ebook

Hace unos días salió a la venta el último libro de Steven Johnson, Where Good Ideas Come From, una amplia reflexión acerca de los procesos creativos y el origen de la innovación.

A grandes rasgos, y por lo que he podido ver y leer, el libro profundiza en el hecho de que las grandes ideas no responden a momentos puntuales de inspiración de individuos aislados, sino más bien a la puesta en común de proyectos e intuiciones en redes de colaboración abiertas. Los hallazgos más valiosos surgen, en opinión de Johnson, tras largos periodos de "incubación" en ambientes propicios, a menudo alejados de la iniciativa empresarial.

Sin embargo, hoy no me interesa hablar del contenido del libro, sino de mi triste experiencia cuando, anoche, se me ocurrió la brillante idea de comprarlo y leerlo.

Lo primero que hice fue buscarlo en Amazon: algo más de 19 dólares por el ebook frente a los 14 de la edición impresa... Are you kidding me?; no fue difícil encontrar otra opción, y 12 dólares me pareció un precio más razonable... hasta que, nada más iniciar el proceso de compra, me encontré con el siguiente mensaje:

To protect copyrights in the digital environment, our eBooks are encrypted and MAY NOT BE PRINTED or otherwise reproduced. Our eBooks are digitally rights managed and can be opened with Adobe Digital Editions--.ascm is the file extension used by Adobe Digital Editions to read DRM eBooks--such as ePub or PDF. 


Mal asunto, considerando mi aversión por el DRM. Hasta ese momento nunca había comprado un libro que tuviese este tipo de protección pero, cosas que pasan, me planteé, pese a mis prejuicios, adquirirlo, comprobar de primera mano todos los defectos que, me consta, tiene el citado sistema y satisfacer mis curiosidad lectora. De modo que hice una pequeña búsqueda para enterarme de los pasos que debía seguir de cara a leerlo en mi Sony PRS-600: registrarme en Adobe, descargar e instalar el software Adobe Digital Editions, "autorizar" mi e-reader como dispositivo de lectura y, finalmente, transferirle el contenido. ¿Todo eso para comprar un libro del cual no podré disponer libremente?

La única alternativa, llegado este punto, era saltarse la protección DRM, pero el problema no cambiaría: no le veo sentido a comprar un libro para, acto seguido, tener que desbloquearlo con el único fin de poder leerlo.

Fue entonces cuando me acordé de la sección dedicada al DRM en la web de Calibre (magnífico gestor de ebooks, multiplataforma y de código abierto, por cierto), en la que se puede leer algo tan sencillo como lo siguiente: como lector y comprador de ebooks, puedes ayudar en la lucha contra el DRM. No compres ebooks con DRM. Tan sencillo como certero: por mucho que critiquemos este sistema, mientras compremos contenidos protegidos por DRM estaremos incentivando su uso.

Total, que desistí de comprar el libro, asombrado tras comprobar que a gran parte de la industria editorial le parece algo terrible el que alguien pretenda algo tan sencillo como pagar por descargar un ebook y leerlo.

Por cierto, qué poco pegan esa filosofía de conocimiento y aprendizaje compartido de Where Good Ideas Come From y las políticas restrictivas en la distribución de las obras digitales.

1 comentario:

  1. Yo también estaba dispuesto a pagar por tener las garantías de que el libro digital que adquiero está optimizado para los lectores digitales, evitarme las molestias de andar buscándolo por el ciberespacio y compensar al autor por su trabajo. Pero, visto lo visto, me han arrastrado a realizar lo que alguien ha definido como “ebook crossing digital”.

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